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Foto: Cortesía

Los tamales de iguana son un platillo ancestral de Juchitán, en el estado de Oaxaca, y muy típico del menú de la localidad, durante la que se consumen al día muchos ejemplares.

En la época de marzo y abril del año, estos animales están desovando, por eso es un buen momento para la preparación de los tradicionales tamales, que se elaboran con masa de maíz, salsa o mole elaborado con semilla de calabaza, carne y huevos de iguana.

“Se consumen iguanas diarias en el mercado”, explicó Celis.

Los habitantes del pueblo defienden su tradición y alaban el sabor de los tamales de iguana, que pueden probarse en el céntrico mercado del pueblo.

Comer los tamales de iguana, que se cuecen en hoja de plátano, es una ancestral tradición en Juchitán, y en toda la región del Istmo de Tehuantepec, donde se le considera un manjar especial.

La preparación de los tamales, con una receta tradicional que se transmite de madres a hijas, puede llevar hasta doce horas, la demanda se multiplica durante la Semana Santa y el precio por unidad puede promediar los 25 pesos.

La iguana es un animal presente en la cultura Zapoteca que predominó en esta región en la época prehispánica y sus figuras son de uso frecuente en la alfarería de la región, una de las más importantes de México.

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