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En una sociedad donde las prisas predominan la mayoría de las actividades diarias, es necesario dejar tiempo para tomar consciencia de las emociones y los pensamientos, aliviando el estrés y controlando los niveles de ansiedad. Para ello, existen diferentes disciplinas como el mindfulness y el yoga que son capaces de ayudar a la persona a resolver los problemas diarios de una manera adecuada.

Para abordar los problemas desde una perspectiva totalmente distinta, estos ejercicios de mindfulness que se mostrarán a continuación, ayudarán a toda persona a adentrarse en el mundo del mindfulness, conseguir controlar la ansiedad y el estrés acumulado durante el día, y alcanzar el bienestar mental.

¿Qué es el mindfulness?

El mindfulness es una técnica psicológica que consiste en focalizar la atención al momento presente, sin juzgar y sin intentar cambiar nada. Las personas que utilizan este método no necesitan consumir medicamentos tan conocidos hoy día como los antidepresivos, los ansiolíticos o los analgésicos para mejorar el estado de ánimo.

Esto es debido a que son capaces de concentrarse en ellos mismos, sin ruidos ni distracciones. De hecho, Alejandra Vallejo-Nágera, experta en mindfulness y psicóloga explica: “Las personas desarrollan un nuevo ‘músculo cerebral’ gracias al cual se resuelven más eficazmente los problemas.”

Básicamente, es una filosofía de vida en el que la persona se centra en ella misma y potencia sus fortalezas, favoreciendo su bienestar y desarrollo personal. Todo ello se consigue gracias a la realización de una serie de ejercicios que hay que llevar a cabo día a día para establecer una rutina.

La respiración consciente y el escaneo corporal

Existen múltiples ejercicios para poner en práctica el mindfulness. Uno de ellos es la respiración consciente. Este ejercicio se trata de dejar la mente en blanco y de poner atención en la respiración, en cómo el aire entra por la nariz, invade los pulmones y todo el cuerpo de oxígeno y luego sale por la nariz llevándose los pensamientos negativos y tóxicos.

En cuanto los pensamientos vuelvan a invadir la mente, hay que volver a poner atención a la respiración, teniendo una actitud neutral ante ellos, sin etiquetarlos como buenos o malos. De esta forma y practicando cada día se podrá realizar este ejercicio de mindfulness con éxito.

Por otro lado, el escaneo corporal es otro ejercicio dentro del mindfulness. En este caso, la persona toma consciencia de su cuerpo. Este ejercicio se realiza sentado o acostado, lo que importa es adoptar una postura cómoda que permita atender a la respiración y hacer un recorrido por cada zona del cuerpo.

El objetivo es que la persona lleve la respiración a cada zona del cuerpo que está observando. Es importante que durante el recorrido la persona sea consciente de las sensaciones de cada parte del cuerpo, si son buenas o malas o simplemente se carece de sensaciones.

Por otro lado, la meditación sentada se consigue adoptando una postura cómoda. Para ello, hay que sentarse en una silla o cojín y colocar las manos sobre las rodillas con las palmas hacia abajo o una encima de la otra. Hay que estar atentos a la respiración e imaginar que la cabeza es un globo que estira la columna vertebral de forma natural. Durante el proceso hay que evitar pensamientos tóxicos o reclamos y concentrarse en encontrar el equilibrio.

El mindfulness en el desayuno y el entorno

También, se puede integrar el mindfulness en una actividad tan cotidiana como desayunar. Para conseguir disfrutar del mejor momento del día es importante desconectar todo tipo de aparatos electrónicos y centrarse en disfrutar y atender a los sabores y las texturas de cada alimento del desayuno.

Otro ejercicio del mindfulness es captar todo tipo de sonidos sin etiquetarlos como agradables o desagradables, simplemente escucharlos y dejarse envolver por el entorno. El ejercicio se basa simplemente en escuchar de forma consciente. Para ello, es conveniente buscar un entorno con sonidos de la naturaleza.

¿Qué diferencias existen entre el yoga y el mindfulness?

¿Qué es el yoga?

El yoga es una disciplina cada día más utilizada para superar problemas de salud mental y física relacionadas con el estrés. Su eficacia es demostrable a través de múltiples estudios. Además, está comprobado que ayuda a quemar grasas y bajar de peso. El doctor Ángel Durántez, director médico de Neolife, asegura que mejora hasta un 36% la sensibilidad a la leptina y a la insulina, dos hormonas que se asocian con el sobrepeso y el apetito.

El yoga es una técnica que consiste en la realización ejercicios donde se trabaja la flexibilidad y la resistencia de los músculos e integra la filosofía del mindfulness para conseguir un equilibrio entre el cuerpo y la mente.

¿En qué se diferencian?

Para explicar las diferencias entre una disciplina y otra, es importante comenzar indicando que meditación y mindfulness, no es lo mismo. El mindfulness es un estilo de vida que consiste en aplicar la meditación a los problemas cotidianos para conseguir tener un mejor control de las emociones. En cambio, la meditación es una técnica para que la mente viaje al presente, observe y deje pasar todo lo que surja. El mindfulness es la plena consciencia y la meditación es simplemente ser en el momento presente.

Una vez establecidas las diferencias entre meditación y mindfulness, es importante distinguir entre mindfulness y la disciplina del yoga. En el yoga se trabaja tanto a nivel físico como a nivel mental, mejorando la flexibilidad, el equilibrio y las tensiones musculares. También, a nivel mental, el yoga mejora aspectos como la concentración, la memoria y la creatividad, y ayuda a controlar el estrés, la ansiedad y el insomnio. Para conseguir ese estado de bienestar mental, el yoga incorpora el mindfulness en sus ejercicios.

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