Los maestros que enseñan con el corazón tienen otra vida después de enseñar.

Muchos países han sido golpeados ante la pandemia Covid-19, por el momento muchas personas se encuentran en sus casas, sin excluir a los estudiantes, que por el momento están recibiendo clases online, radio, televisión.

Sin embargo, hay estudiantes que no cuentan con herramientas tecnológicas que les faciliten comunicarse con el maestro para recibir debidamente sus clases. Y es que la mayoría son de bajos recursos o viven en lugares muy retirados que no tienen el acceso a internet.

Un maestro sin capa y con un gran corazón.

Juan Radovich, es un maestro de primaria, quien tiene claro que su labor como maestro va más allá del aula. Entiende la situación de muchos estudiantes, es por ello que tomó la decisión de realizar un viaje de 3 días con el fin de entregar el material de clases en casa por casa de cada alumno. No le importó recorrer un largo camino para facilitarles a más de 60 alumnos el material educativo de estudio en esta cuarentena.

Este gran maestro ha prometido regresar para evaluar cada tarea y también para proporcionar conocimientos y amor incondicional.

Educar creativamente.

Educar es creatividad, solo nace de un corazón y un alma independientes. Los educadores creativos siempre están buscando cosas nuevas desde diferentes perspectivas en el mundo profesional.

Un gran educador mejora la situación, encuentra una solución, siempre es curioso, piensa en alternativas: anticipatorio, lee oportunidades, se atreve a actuar y prueba algo nuevo de la profesión.

En manos de educadores creativos, nacerán aprendices creativos e imaginarios. Ofreciendo nuevos matices en la vida colorante.

El mundo siempre anhela los toques de las manos de personas creativas que hacen que la vida se sienta más bella y significativa.

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