Según el galerista, la obra “representa romper con la tradición, ver cómo se quebranta la Iglesia y habla también de los problemas como la pederastia y el abuso sexual”; sin embargo, en redes hubo voces a favor y en contra, incluso la consideraron de mal gusto. 

Una serie de tres esculturas en tríptico de la figura del Papa Francisco tirando a un bebé, creada por el artista chileno Pablo Maire, ha generado polémica en México porque se trata de una crítica a la Iglesia católica y sus jerarcas que, según el artista, perpetua un modelo violento y anacrónico. 

La obra está expuesta en Aguafuerte Galería, ubicada en la calle de Guanajuato, en la colonia Roma, Ciudad de México, y se titula “Chao tradición”. 

En la primera figura aparece el Papa arrullando a un bebé; en la segunda, el bebé es soltado por el pontífice y cae, mientras que en la tercera y última figura aparece el bebé destrozado en el piso y el Papa riéndose a carcajadas. 

En entrevista con EFE, dijo, a manera de explicación, que en la primera figura “el Papa toma a un niño, que puede ser Cristo también, y lo expone como ofrenda a Dios, por eso está mirando hacia arriba; luego, en la segunda lo deja caer, y en la tercera, se tritura y se ríe”. 

“Sabemos que todas las instituciones poderosas muchas veces caen desde adentro y no se necesitan factores externos para que eso se derrumbe”, expuso el autor. 

Recordó que nació durante la dictadura de Augusto Pinochet, en Chile, lo que “obviamente” le afectó “profundamente”. 

“Sobre todo porque tengo familiares perseguidos por la dictadura y tengo trabajos que no tienen sólo que ver con la religión, sino que también tienen que ver con lo político, y yo hago esos juegos políticos porque el arte y la política están muy vinculados desde mi punto de vista y con respecto a mi trabajo”, añadió. 

El artista chileno dijo que se había inspirado en una obra de la década de los noventa, del activista y artista chino Ai Weiwei, quien tomó un antiguo jarrón de cerámica de la dinastía Han (que reinó del año 202 antes de Cristo al año 220 después de Cristo) y lo dejó caer al piso y se trituró, como una forma de protesta contra el gobierno chino. 

“Él hizo este gesto simbólico como de destruir la tradición china y yo lo transpolé, puse esta obra en el contexto occidental y me imaginé la tradición católica, que es una tradición que a todos nos afecta de algún modo porque somos del mundo occidental, sobre todo con temas como la pedofilia”, explicó. 

Usó como ejemplo la corrupción de la Iglesia católica en Chile y recordó que hace un par de años en su país “los casos de pedofilia salieron a la luz como nunca y la gente tuvo una desafección, al menos con la institución católica, no con la creencia”. 

Además, contó que cuando el Papa Francisco fue a Chile, los eventos públicos estaban “prácticamente vacíos”, a diferencia de los que llevó a cabo en Perú, “donde se llenaban”; lo cual no quiere decir que en Perú o en México no haya casos de pedofilia. “Son casos que como institución a mí me parecen deleznables”, sentenció. 

La obra está hecha en poliresina, mide 27x11x9 centímetros, tiene una base hecha de madera y fue propuesta por el artista al galerista mexicano Israel Alvarado. 

Maire nació en Talca en 1975. Es un artista visual y poeta que ha desarrollado trabajos en escultura, grabado, pintura y fotografía que se han expuesto en Venezuela, Perú, Argentina, Chile, Colombia, México, España y República Checa. 

Por su parte, Israel Alvarado, el curador y director de Aguafuerte Galería, donde se presenta la obra de Maire, dijo que esta pieza en particular “representa romper con la tradición, ver cómo se quebranta la Iglesia y habla también de los problemas como la pederastia y el abuso sexual, problemas que la Iglesia ha enfrentado”. 

Alvarado contó que el trabajo de Maire estará expuesto dentro de la muestra colaborativa “Químicas Ácidas”, en la que también estará presente la obra de la escultora italiana Francesca Dalla Benetta y que se presentará al público del 25 de agosto al 19 de septiembre en Aguafuerte Galería. 

En redes sociales, las esculturas causaron polémica entre quienes son católicos y lo consideraron una ofensa y quienes aseguraron que solo era mal gusto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *