En Juchitán, Oaxaca, los habitantes usan este producto no sólo en la ofrenda a sus muertos, sino hasta para bautizarse, “pedir la mano” y para pedir misericordia y sanación.

La artesana Na’ Aida Salinas Sánchez, fabrica velas desde los 12 años de edad, para toda ocasión, por ejemplo, para el nacimiento, para cuando alguien muere, para pedir matrimonio y hasta para las fiestas patronales, pues para ellos la luz de éstas los acompaña en cada momento de sus vidas.

Las velas de cera tienen un significado espiritual para la cultura zapoteca asentada en esta región istmeña, ya que, para sus pobladores, desde tiempos de la conquista, la luz de éstas representa el camino de la vida, pues una vez que se apaga ocurre lo mismo con la existencia.

Cada vela tiene un valor especial, y es colocada en un lugar en el altar dedicado al santo patrono y en la ofrenda a las ánimas.

Con 68 años de edad Na’ Aida Salinas Sánchez orgullosamente de la séptima sección sigue labrando la cera para las fiestas patronales.

En este lugar de las flores blancas, un lugar de profundas raíces indígenas, las velas acompañan a las personas en todos los ciclos de la vida, sin faltar los días festivos, como son las mayordomías o “la fiesta grande” del pueblo.

FiestaIstmeña

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